¿Por qué no ayudo a mi hijo en las pequeñas tareas cotidianas?


De Victoria González.

4/7/2019

En esta casa, seguimos una regla: “hazlo tú”. Mi hijo tiene 5 años y dejo que se vista solo. Él elige su ropa y, siendo totalmente sincera, creo que tiene un pésimo estilo. Alterna entre uniformes de fut y playeras de superhéroes, y su idea de lookelegante incluye jeans brincacharcos y sudadera de dinosaurios. Lo dejo, a pesar de mi ansia por abrir el clóset. Lo dejo, porque la seguridad de sentirse empoderado es -mucho- más valiosa que un outfitcombinado. 

Hace poco, un amigo me platicó de un proyecto culinario en el colegio de su hija. Ella decidió decorar una cartulina con aceite de cocina. Por supuesto él, como cualquier padre afectuoso, la convencióde hacer algo completamente distinto. Motivado por conseguir una mejor calificación, o talvez lucirse frente a los demás, preparó -con la ayuda de ella- canapés. De camino a la escuela, sólo le dijo: ¿por qué no me dejaste traer mi cartulina? 

Todos los papás, sin querer y con la intención más noble, cometemos el error de coartarla individualidad de los hijos y la confianza en sí mismos Vestirlos en las mañanas es sin duda más rápido cuando hay que llegar a tiempo. Hacerles la tarea les evitará un tache. Abrirles un frasco después de 47 intentos fallidos nos ahorrará un berrinche. Nos duele verlos sufrir y les resolvemos los problemas; para eso estamos ¿no? Pero ellos, talvez, interpretarán esas pequeñas acciones cotidianas como un “yo no puedo hacerlo”.

No debemos confundir enseñar con hacerles la vida fácil. Un bebé debe caerse cuando empieza a caminar, para conocer sus límites corporales. Un niño debe fracasar -muy a su manera-, para desarrollar tolerancia a la frustración. Nuestro trabajo es acompañarlos en sus obstáculos, no desaparecerlos.

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