De Victoria González.
18/7/2019
El verano es la mejor época del año…para los niños. Seis semanas de vacaciones parecen divertidísimas y relajantes al principio, llenas de risas y helados, pero después del viaje a la playa, se agotan los planes y la tranquilidad se convierte en gritos y peleas entre hermanos. ¡No desesperes! Tus hijos pasarán horas con estos padrísimos descubrimientos y te harán más llevadera la espera de clases.
1. Un juego de Croquet.
Su origen se remonta al sigo XIII, cuando era un pasatiempo para la realeza francesa. Si bien en Europa es un juego común durante el verano, en México no es muy conocido, aunque es ¡súper divertido! La ventaja es que no se necesita una cancha o instalaciones, y se coloca fácilmente en cualquier jardín o parque. El chiste es golpear pelotas de madera (o plástico) con un mazo a través de pequeños arcos de metal enterrados en el pasto. ¿A qué niño no le divertirá pegarle a bolas y atinarle a los arquitos?
2. Jenga gigante.
Jenga. Gigante. ¿Necesito decir más? Se ha demostrado que este juego desarrolla habilidades motrices, cognitivas y de planeación de estrategias. Además, es GIGANTE. Diversión asegurada.
3. Un kit de laboratorio.
Los experimentos son divertidos a cualquier edad, pero cuando uno es niño, es genial lograr que un volcán haga erupción o descubrir cómo crecen cristales dentro de un tubo de ensayo. Este kit incluye suficientes instrumentos, que además son muy resistentes, y 10 tarjetas con ideas de experimentos, para que los pequeños científicos se entretengan horas.
4. Visor de realidad virtual -diseñado por ellos mismos.
La realidad virtual está cada vez más presente en el día a día. Muchos niños son fanáticos de los juegos de video, que a veces nos parecen demasiado violentos a los papás. ¿Por qué no incentivarlos a enfocar su atención en aplicaciones divertidas y a la vez educativas? Este visor, que además diseñarán ellos, se adapta a cualquier smartphoney funciona con la appGoogle Cardboard que incluye varias experiencias de realidad virtual.
5. Rompecabezas de metal.
Si crees que a tus hijos -como al mío- les falta trabajar en el arte milenario de la paciencia, necesitas regalarles estos rompecabezas metálicos. El reto que enfrentarán y la sensación de triunfo al resolverlos valen cada minuto dedicado. Son juguetes perfectos para desarrollar habilidades motrices, al tiempo que manejarán emociones como enojo y frustración. Ni hablar de lo fácil que es llevarlos en la bolsa para la carretera o el restaurante. Además, tienen otra ventaja que no se incluye en el instructivo: son un reto para que los papás dejemos que ellos busquen la solución por sí mismos. Te aseguro que se sentirán geniales al enseñarte (o a sus amigos) cómo hacerlos y deshacerlos.
*(Las sugerencias de este artículo pretenden estimular la creatividad y el desarrollo de habilidades en los niños, sin embargo se recomienda la supervisión de un adulto).
