5 frases que los padres de hijos únicos no quieren escuchar.


De Victoria González Descloux.

21/08/2019

La cantidad de hijos que alguien decide tener es -idealmente- una decisión personal o de pareja. Las razones son variadas y totalmente subjetivas: tiempo, dinero, carrera profesional, salud, etcétera. Sin embargo, con independencia de los motivos, cada día más personas prefieren quedarse solo con un hijo y se enfrentan diariamente con los siguientes cuestionamientos:

¿No ha pegado el segundo?

Además de ser impertinente, esta pregunta insinúa que existe algún problema de salud en uno de los padres y la respuesta puede ser muy dolorosa. Salvo por la familia y amigos cercanos -en algunos casos-, nadie conoce la verdad: tal vez los padres se encuentran en un tratamiento de fertilidad o incluso, hayan sufrido un aborto. La duda debe abordarse con prudencia y sensibilidad.

Tener solo uno es egoísta, no están pensando en su hijo.

Los padres buscamos el bienestar de nuestros niños: esto implica darles amor, cariño y apoyo. Es posible que nuestras circunstancias nos impidan garantizarles una educación digna, o tal vez el trabajo nos consume demasiado tiempo y no imaginamos bañar, arrullar y dormir a más de uno. Tener un solo hijo no tiene nada que ver con ser excelentes padres. 

Va a ser un niño consentido.

Existe muy poca, por no decir ninguna, evidencia de que los hijos únicos sean más consentidos o berrinchudos. Cualquier niño puede convertirse en un pequeño tirano si la educación en casa es problemática. La premisa que asegura que los padres de hijos solos serán más consentidores que otros, es ilógica y sin sustento. La falta de límites existe tanto en familias pequeñas como grandes.  

No va a saber defenderse.

Es cierto que la convivencia diaria lleva a defender lo que es propio, pero los niños pacíficos lo son por naturaleza. Un hermano podrá aumentar su resistencia a los golpes, pero la verdadera tarea recae en nosotros: los padres, quienes debemos ayudarles a encontrar su fortaleza y demostrarles de lo que son capaces. 

¿Le van a dejar toda la carga cuando sean viejos?

Como padres, es difícil aceptar que los hijos algún día encontrarán su camino y se alejarán de nuestra vida para vivir la suya. Si educamos hijos amorosos y compasivos, entonces nos acompañarán siempre, pero debemos entender que ellos no son responsables de nuestra vejez. 

Nadie debe influir en la elección de convertirse en padres de uno o más hijos. Cualquier decisión es válida siempre y cuando sea libre y pensada.

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